El cine, la prostitución, la contaminación, la explotación
infantil y la inmigración son conceptos directamente ligados a la
economía, aunque muy pocas personas son capaces de explicar sin
tecnicismos y utilizando un lenguaje «de la calle» los lazos entre
estos items y el complicado mundo de las finanzas.
El economista y filósofo catalán Xavier Sala, que desde hace años
desarrolla su actividad a caballo entre EE.UU. y Cataluña, ha
demostrado tener esta capacidad y, a través de un libro que él mismo
reconoce como «poco convencional», acerca esta elevada materia al
ciudadano de a pie. «Economía liberal para no economistas y no
liberales», una coedición de Editorial Pòrtic y Dèria Editors,
pretende explicar de un modo didáctico y con ejemplos próximos al
ciudadano que la libertad económica es el gran motor del progreso
humano. Lo hace desde una perspectiva histórica, contrastable a
través de los libros, y también con unas claves cargadas de
intención dirigidas a los colectivos «antiglobalización», que él ha
bautizado como «globófobos».
UN TÉRMINO CON «MALA PRENSA»
«La inflación y los tipos de interés son cosas que
afectan a todo el mundo, desde el tiburón de las finanzas hasta la
ancianita que no entiende absolutamente nada de negocios», afirma
Sala. Por ello, precisamente para llegar a todos los lectores, el
economista elude el lenguaje técnico en la obra. «En todo el libro
no hay ninguna palabrota técnica», dice.
Xavier Sala está convencido de las bondades de la economía de
libre mercado. Por este motivo, se autodefine como un defensor del
término liberal pese a que reconoce que «aplicado al mundo de la
economía tiene “mala prensa”».
«Mucha gente asocia el término liberal a apoyar a los ricos. Yo
soy liberal precisamente porque quiero erradicar la pobreza en el
Tercer Mundo y que se frenen las desigualdades entre países ricos y
pobres», indica el escritor.
Sala, autor de la obra «Economic Growth», el libro de texto sobre
crecimiento económico más vendido en el mundo, se siente satisfecho
con la obra. «Mi intención no es provocar sino abrir un foro de
debate, una reflexión, que la gente entienda qué es la economía de
mercado libre y qué efectos a la práctica», explica.
LA CLAVE, LA LIBERTAD
El libro de Xavier Sala intenta también convencer a los
«incondicionales» de los sistemas de planificación de que el
liberalismo es la única fórmula de progreso y el modo más rápido de
alcanzar los niveles de competitividad de algunos países
europeos.
«La libertad es la clave. Libertad para el consumidor, para que
compre lo que desee, y para las empresas, para que vendan lo que
quieran», añade el experto, quien matiza que «esta libertad no puede
convertirse en ningún momento en autarquía», por lo que defiende un
cierto control por parte del Gobierno.
En este sentido, el economista define las funciones de la
Administración. «Su función no se limita a recaudar impuestos y
hacer leyes para evitar los monopolios, sino que debe actuar
firmemente para evitar que se generen desigualdades sociales y, en
definitiva, para proteger a los más desvalidos», apunta.
En el capítulo «Ni en la cartera, ni en la bragueta», el autor
defiende de un modo original y explícito la idea de que el Gobierno
debe tener un papel limitado en una economía liberal. «El Gobierno
debe dejar que la gente actúe con libertad, tanto en el ámbito
económico como en los diferentes ámbitos sociales», concluye Xavier
Sala.