Lunes, 2 de febrero de 1998
Ultima actualización: 06:04
XAVIER SALA / PREMIO REY JUAN CARLOS I
"La semana laboral de 35 horas es un disparate"
M. M.
BARCELONA.- Xavier Sala i Martín (Barcelona, 1964), profesor
de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad
Pompeu Fabra y de la universidad estadounidense de Columbia, acaba de obtener
el Premio Rey Juan Carlos I de investigación humanística y
científicosocial por sus estudios en el campo del crecimiento económico.
Doctor en Economía por la Universidad de Harvard, Sala es también
consultor del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sus
recetas están muy lejos de los intentos franceses de buscar terceras
vías de carácter social.
Sala asegura que España no debe mirar para nada a Francia, "un
país especialista en hacer las cosas mal".
Pregunta.- ¿Cómo explica lo ocurrido en las economías
del sureste asiático?
Respuesta.- Creo que lo primero que hay que destacar es que el
modelo sigue siendo válido. El problema es la corrupción que
existe en el sistema financiero. Ha habido una gran especulación
que ha perjudicado a pequeños ahorradores y ese problema es el que
hay que atajar de inmediato. Sin embargo, sigo pensando que todos esos países
tienen un gran potencial y que su modelo de importación y exportación
no ha fracasado. El temor, el gran problema es si esa crisis financiera
arrastra a los grandes bancos japoneses, donde hay invertidos muchos ahorros.
P.- ¿Qué debe hacer el FMI?
R.- Debe garantizar los depósitos de los pequeños
ahorradores y penalizar a los especuladores. Si no lo hace estaremos siempre
ante ese peligro con la inestabilidad enorme que puede crear. No puede ser
que algunos jueguen a la ruleta y si pierden les ayude el FMI. Si pierden
su dinero deben aceptar que ése es el riesgo y que no pueden pagarlo
los ahorradores.
P.- Por tanto, el sistema financiero internacional necesita regulaciones,
como algunos economistas no se cansan de repetir.
R.- No lo creo así. Hay que penalizar la especulación,
pero no es un problema estructural del sistema financiero.
P.- El Gobierno español se ha empeñado en apostar
únicamente por el crecimiento económico para avanzar en el
desempleo. ¿No cree que no es suficiente para reducir las altas tasas
de paro?
R.- El crecimiento económico es necesario complementado
con una mayor flexibilidad laboral.
P.- ¿No cree en el reparto del trabajo o en los nuevos
yacimientos de empleo?
R.- Hay una amplia unanimidad entre los economistas sobre eso.
La semana laboral de 35 horas que proponen en Francia es un auténtico
disparate, es totalmente ridículo. Los costes laborales se incrementarán
y los empresarios los trasladarán a los precios, con lo que el salario
real de los trabajadores será menor. Es una medida muy típicamente
francesa, un país que se ha especializado en hacer siempre las cosas
mal. No creo que deba ser un modelo para España.
P.- ¿La salvación sólo está en Estados
Unidos?
R.- En EEUU la facilidad para encontrar un nuevo trabajo es mucho
mayor que en Europa. El empleo es precario, es cierto, pero hay que asumir
la idea de que todo el mundo está en precario. Lo más importante
es que las empresas sean fuertes porque ésa será la garantía
para que los trabajadores conserven su empleo. Si un trabajador lo hace
bien, la empresa no lo despedirá si su situación es buena.
La solución al desempleo pasa por una mayor preparación de
los trabajadores para hacer frente a la revolución tecnológica
que vivimos.
P.- Esta revolución, ¿creará tantos puestos
de trabajo como los que destruirá? El economista Jeremy Rifkin, en
Fin del trabajo, apunta que no será así.
R.- Históricamente, se ha demostrado que esos temores son
falsos. Son un nuevo síntoma de malthusianismo o de ludismo [movimiento
en Inglaterra que achacaba a las máquinas la pérdida de puestos
de trabajo durante la revolución industrial] que no tiene ningún
fundamento. La gente siempre se ha opuesto a lo desconocido. Repito que
las medidas para hacer frente a esto pasan por una mayor preparación
y una mayor flexibilización, que no es sólo facilidad para
despedir, sino también para crear empresas, para simplificar trámites,
para abaratar determinados servicios.
P.- ¿Qué papel le otorga a los políticos?
R.- Explicar la realidad y afrontarla y no crear falsas expectativas
con la reducción de la semana laboral. Deben potenciar la iniciativa
privada y animar la creatividad, que tanto España como Cataluña,
aunque más los catalanes, se han caracterizado siempre por tenerla.
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