XAVIER SALA I MARTÍN, Fundació Catalunya Oberta, Columbia
University y UPF MIENTRAS NOSOTROS seguimos pagando impuestos, el
Gobierno baila con las multinacionales chantajistas, se baja los
pantalones y "vive la vida loca" XAVIER SALA I MARTÍN Vive la
vida loca
LA VANGUARDIA - 03.47 horas -
05/11/2002
|
 |
Hace tres veranos, Ricky Martin nos agobiaba con "un pasito p'alante,
María, un pasito p'atrás". Da la impresión que el castigo fue menos severo
que el que nos han impuesto este verano las tomatitas del "Aserejé", pero
también es cierto que el tiempo relativiza incluso las torturas más
dolorosas. En cualquier caso, les pido que modifiquen la canción de Ricky
y hagan "tres pasitos p'alante y un pasito p'atrás". De hecho, háganlo
cien veces seguidas y pregúntense dónde se encuentran con respecto al
punto de partida. A pesar de que verán que han adelantado 200 pasos,
algunos analistas llegarán a la conclusión de que han retrocedido 100.
¿Por qué? ¡Pues porque a esos sagaces observadores les gusta o les
interesa ignorar sistemáticamente los pasitos p'alante y sólo contabilizan
los pasitos p'atrás!
Sí, ya sé que es absurdo, pero eso es
exactamente lo que hacen los críticos de las multinacionales cuando acusan
a empresas como Lear o Volkswagen de llevarse "nuestros" puestos de
trabajo a la Europa del Este: "Por culpa de las multinacionales -apuntan-
se han perdido 2.000 empleos". Y claro, si "por culpa de las
multinacionales se pierde ocupación", debemos exigir que el "Gobierno
evite que éstas se muevan libremente atendiendo sólo a criterios de
rentabilidad".
Es cierto que las empresas atienden criterios de
rentabilidad... y es bueno que así sea porque, si no, quiebran y entonces
no se pierden cientos, sino miles de empleos. También es cierto que,
cuando una empresa se va a Europa del Este, Cataluña pierde puestos de
trabajo. Eso es malo para nosotros, aunque no es necesariamente malo desde
el punto de vista global: al fin y al cabo, hemos de tener en cuenta lo
felices que son los trabajadores eslovacos con sus nuevos empleos.
Curiosamente, la gente que ahora se queja de que Bratislava nos "roba"
puestos de trabajo no se quejó cuando nosotros "robamos" los mismos
empleos a los trabajadores americanos hace un par de décadas.
Lo
que ya no es cierto es que "se pierden puestos de trabajo por culpa de las
multinacionales". Sólo es verdad si se ignoran los empleos que éstas crean
cuando vienen. Entre ellos, los que creó Lear cuando vino hace veinte
años, los que no se destruyeron cuando Volkswagen evitó que Seat cerrara
por culpa de sus pérdidas o los que creará Nissan en Barcelona con la
inversión de los 240 millones de euros anunciados hace pocos días.
¡Ignorar los empleos que generan las multinacionales cuando vienen y
fijarse sólo en los que se pierden cuando se van es tan ridículo como
ignorar los pasitos p'alante y fijarse sólo en los pasitos p'atrás! La
verdad es que, cuando se tienen en cuenta los pros y los contras, se llega
a la conclusión de que la apertura al exterior es buena, que las
inversiones extranjeras son positivas y que las injerencias políticas que
intenten restringir la movilidad acaban siendo perjudiciales.
Pero, ¿no es injusto que las multinacionales se vayan cuando el
Gobierno les dio facilidades fiscales para atraerlas? La verdad es que sí,
pero la culpa de esa injusticia la tiene el Gobierno -ya sea el de la
Generalitat o el del reino de España- por meterse donde no le llaman.
Nuestras autoridades no deberían subsidiar o incentivar fiscalmente a las
multinacionales porque no hay manera de garantizar que, una vez hechas las
concesiones, éstas se vayan a quedar. Es más, cuando el Gobierno regala
millones de euros a una empresa, ésta se acostumbra a vivir del subsidio
y, como se sabe importante, cada tres años amenaza con irse con el único
objetivo de extraer más dinero del erario público. El chantaje se agranda
hasta que, siendo fiscalmente insoportable, el Gobierno deja de pagar y la
empresa acaba yéndose igualmente, dejando a los responsables políticos con
cara de bobo. Como dice la canción de LeAnn Rimes, "If you fool me once,
shame on you; if you fool me twice, shame on me" (si me engañas una vez,
deberías avergonzarte; si me engañas dos, debería avergonzarme yo).
Los puestos de trabajo que se pierden en beneficio de países con
salarios bajos pagan, por definición,... ¡salarios bajos! Cuando nuestra
economía era subdesarrollada, esos puestos eran bienvenidos. Pero ahora ya
no somos pobres y nuestro objetivo es otro: ¡ahora queremos salarios
elevados! Y para conseguirlo el Gobierno debe hacer dos cosas. La primera
y más urgente es ayudar a los trabajadores despedidos a sobrevivir,
reciclarse y encontrar empleo. La segunda es asegurarse de que en nuestro
país existe un entorno empresarial adecuado, infraestructuras potentes,
servicios competitivos, tecnología actualizada y trabajadores altamente
cualificados, lo que se consigue con un sistema educativo moderno,
flexible e integrado en la sociedad. Todo eso es mucho más beneficioso que
el puñado de empleos poco remunerados que podamos mantener con subsidios
públicos.
En lugar de todo esto, ¿qué hacen nuestras autoridades?
El otro gran "hit" de Ricky Martin vuelve a ser sugestivo: "Te besa y te
desnuda con su baile demencial, tú cierras los ojitos y te dejas
arrastrar. Se fue a New York City, a la torre de un hotel, te ha robado la
cartera, se ha llevado hasta tu piel". En otras palabras, mientras
seguimos pagando impuestos, el Gobierno baila con las multinacionales
chantajistas, se baja los pantalones... y "vive la vida loca".
www.columbia.edu/%7exs23 |