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ELITE DEL CAPITALISMO MUNDIAL
La feria de
los discretos Las ideas también cotizan en
un encuentro en el que cohabitan dinero y “glamour”
LA VANGUARDIA - 05.00 horas -
26/01/2003

 Asistentes a la reunión de Davos en el
hall del hotel donde se desarrollan las sesiones EFE
Inácio Lula da Silva,
presidente de Brasil
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 | Piergiorgio
Sandri
Davos es como el Grand National de carreras ecuestres que se celebra
anualmente en Aintree, cerca de Liverpool. Una gran feria que sirve de
excusa para que se encuentre toda clase y todo tipo de gente, siempre que
tengan dinero o “glamour”. Las ideas también cotizan.
La gran
vedette este año, en que los gestos dominantes son los golpes en el pecho,
no podía lógicamente ser otro que Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente
brasileño. Se le espera hoy procedente del Foro de Porto Alegre. Su
mensaje parece que va a ser el mismo que envió a los antimundialistas en
su país: “Otro mundo es posible”. Un compungido Davos seguramente
escuchará con arrobo estas palabras, que sentarán como un bálsamo.
Si Lula viene con un lirio en la mano, los chinos han llegado
ufanos por la marcha de su economía su y no exentos de una punta de
agresividad. Vamos a entrar en el año chino de la cabra y eso siempre
implica choques, dicen.
Bajo ese signo, Zhu Min, asesor del Banco
de China, destacó el éxito de su país en la atracción de inversión
extranjera, parte de ella en detrimento de México y otros países
latinoamericanos.
Quizá Zhu Min habría de haber hecho el camino
inverso de Lula. De ese modo, los antimundialistas de Porto Alegre habrían
podido oír al representante del mayor país comunista del mundo el
comentario siguiente: “El ingreso en la Organización Mundial del Comercio
(OMC) ha sido algo estupendo para China, ya que sin ella no habríamos
tenido un crecimiento tan espectacular. Gracias a la OMC muchas
multinacionales se han establecido en China”. El desarrollo de la
dialéctica conduce a lugares inesperados.
“Nuestro mundo es el
mundo”, dijo hace poco el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. De
manera que la representación catalana no podía faltar en Davos . El
profesor de la Pompeu Fabra Xavier Sala i Martín hablaba sobre la
liberalización de la agricultura, uno de los temas más polémicos de la
globalización y advirtió a los países pobres que no esperen una reducción
de aranceles por parte de los países europeos, porque eso no va a ocurrir.
Si aquellos, agregó, buscan que se abran los mercados de los ricos, “¿por
qué no se abren entre ellos?” creando zonas de libre comercio
continentales.
Más prosaico, el presidente peruano, Alejandro
Toledo, hizo una parada en Zurich antes de llegar a Davos. Allí se
entrevistó con las autoridades suizas para acelerar la repatriación del
dinero incautado a la mafia liderada por el ex asesor presidencial
Vladimiro Montesinos.
Mientras, por los pasillos, Nora Lusting,
presidenta de la Universidad de Puebla (México), parecía preocupada. La
globalización, lamentó, debería favorecer el desarrollo económico de
América Latina, pero en la práctica la región no avanza. “Se ha aprendido
qué hay que hacer para que las economías sean menos vulnerables a las
crisis, pero aún no hay capacidad para combatir el ciclo económico”, dijo.
También con aire modesto, el ministro de Finanzas de la Autoridad
Nacional Palestina, Salam Fayyad, prometió iniciar reformas económicas en
la zona controlada por Arafat y frenar la corrupción. Según informó, las
reformas económicas serán supervisadas por la auditora norteamericana
Standard and Poor´s.
La nueva Rusia hizo acto de presencia de
forma altisonante. El oligarca Mijail Jodorkovsky denunció que la
modernización de la economía está sometida a “las manos muertas” y a la
pretenciosa burocracia que supervive bajo el Gobierno de Putin. “La mitad
del presupuesto de Arabia Saudí son sueldos para los burócratas” y Rusia
lleva camino de seguir ese camino que no lleva a ninguna parte, advirtió.
El primer ministro ucraniano, Viktor Ianoukovitch, ha venido a
discutir sobre inversiones extranjeras. Ucrania es una república ex
soviética que apenas atrae inversores extranjeros a causa de la
paralización de las reformas lanzadas tras la caída de la URSS en 1991. El
país debe devolver este año cerca de 2.000 millones de dólares a sus
acreedores, una suma que representa el 25% del presupuesto del 2003.
Ucrania puede quedar tocada además por las sanciones anunciadas en su
contra el pasado mes de diciembre por el grupo de acción financiera contra
el blanqueo de capitales. Una gestión difícil la suya.
A esta
reunión en las montaña de Davos, que algunos juzgaban ya algo pasada de
moda, han llegado también las tensiones que agitan el mundo estos días.
“Pensaba no volver, pero la verdad es que esto vuelve a estar caliente”,
dijo un participante español.
La diferente posición entre Estados
Unidos y la Unión Europea en el conflicto de Iraq ha ampliado la distancia
entre los empresarios norteamericanos y los europeos. Se discute, pero hay
amargura entre ambas partes en estos momentos.
Al final, la muerte
de un personaje como Agnelli sirvió momentáneamente para unir a la
desgarrada “familia” de Davos. “Es una pérdida para el conjunto de la
industria y para la clase empresarial como tal”, dijo Carlos Ghosn,
director general de Nissan. La tristeza de su desaparición abrió vías de
comunicación. Una época terminó con él. “A ver qué hacemos nosotros
ahora”, dijo un participante italiano.
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