Bonita carta, doña Anna. Déjeme hacer algunas de matizaciones.

Primera, “uno de los más conocidos economistas de nuestro país, el doctor Xavier Sala i Martí”? No quiero ser mal educado, pero la señora Laborda no me conoce. Si me conociera sabría que mi nombre no es Sala i Martí sino Sala i Martín… “pero no vamos a pelearnos por un pequeño detalle”!!

Segunda, “quizá en Estados Unidos las flores brotan en verano”? Que chiste más sagaz y divertido, señora profesora de ESADE. Aplaudo su mordaz ironía, aunque sea un insulto a los ciudadanos de Catalunya. Y, aunque la profesora no parece haberse enterado, los catalanes tenemos una frase hecha que dice: “una flor no fa estiu” (una flor no hace verano). Lógicamente, aprovechando que el tema de mi artículo era que el calor de un verano no era una lección para toda la vida, aproveché la frase hecha para hacer un juego de palabras. Y ahora nos viene la profesora de ESADE y nos comunica a todos que somos imbéciles porque no nos hemos enterado de que las flores salen en primavera. Como pasa tan a menudo con profesores universitarios, resulta que los ignorantes no son los ciudadanos de a pie que no saben cuando salen las flores sino ellos mismos, desconocedores de la sabiduría popular y del folklore de nuestro país.

Tercera, en mi artículo no digo nunca que el viaje de los señores que no pudieron ir al Polo Norte por exceso de heladas demuestra que el cambio climático no existe. Ahora sí, el ejemplo demuestra que este verano NO ha hecho calor en TODO el planeta sino solamente en Europa.

Cuarta. Me parece muy bien que usted se crea lo que lee en los periódicos. Y me parece muy bien que usted se tome la afirmación Martí Boada en La Vanguardia como evidencia de que el cambio climático es irrefutable. Yo, que aunque, como usted bien dice, soy economista y no físico, no utilizo los periódicos para formarme opiniones sobre temas científicos sino que voy a las fuentes originales. Ser economista es, en gran parte, ser estadístico por lo que las mediciones que hacen los cientificos pueden ser analizadas inteligentemente por gente por usted y como yo (yo diría incluso que a veces lo podemos hacer mejor nosotros que los físicos ya que ellos no están tan versados en estadística... pero eso es solamente una opinión). Si en lugar de fijarse en artículos de periódico se fijara usted en los estudios estadísticos que supuestamente fundamentan las radicales afirmaciones del señor Boada verá usted que la cosa no está tan clara. No voy a repetir aquí lo que ya he escrito en otras paginas, pero si le interesa, clickee aquí. Solamente añadiré que los informes del originales IPCC no hablan NUNCA de irrefutable sino de “probable”. Incluso los informes finales (los que se escribieron una vez los políticos metieran la mano y distorsionaran los informes científicos originales) nunca hablan con la certidumbre de la que habla la señora Laborda.

Finalmente, la carta de la señora Laborda es un perfecto ejemplo de la estrategia del movimiento ecologista. Despues de fundamentar su evidencia en un articulo de periódico, enseguida pasa a hacer acusaciones de conspiración, afirmaciones políticas y a decir insensateces que no tienen nada que ver con el clima. ¿A que viene hablar de lobbies, de si los Estados Unidos han firmado Kyoto (por cierto, la señora Laborda publicó esta carta justo una semana después de que Rusia se negara a firmar… aunque curiosamente ese hecho se le pasa por alto) o si Bush se merece ser presidente? En lugar de hacer burdas teorías conspirativas, ¿por qué no nos dice lo que va a costar Kyoto? Usted es economista (y no física, como nos comunica en su articulo) y lo debería saber. ¿Por qué no nos dice cuales van a ser los costos marginales y los beneficios marginales de reducir las emisiones en un, digamos, 1%, para que nos hagamos una idea de si tiene sentido económico implementar su estrategia medioambiental? ¿Por qué no nos dice cual va a ser el coste, en términos de tasas de erradicación de pobreza, de hacer una u otra política ? Como profesora de ESADE, me hubiera gustado que entrara en el debate con argumentos económicos inteligentes, y no con descalificaciones, intentos fallidos de hacerse la graciosa, opiniones irrelevantes sobre si el presidente de los Estados Unidos se merece su cargo y sobadas teorías conspirativas que no conducen a ninguna parte.

Pero claro, lo que me hubiera gustado a mi no importa. Lo que importa es su fe en la humanidad. Y así vamos.

 

 

Back to Xavier Articles