LA VANGUARDIA - 03:16 horas - 25/07/2004

Todos los años, por esta época, surge el tema de los atascos en las autopistas de peaje.

La Generalitat, el RACC y otras instituciones han propuesto que se levanten las barreras del peaje cuando las autopistas estén saturadas. Propuesta que para Xavier Sala i Martín es disparatada (17/VII/2004).

Sería justa, pero ineficaz, pues incrementaría el número de usuarios. A partir de “una de las leyes menos discutibles de la economía, la ley de la demanda”, Sala i Martín propone todo lo contrario: que se aumente el precio de los peajes en horas punta. Siguiendo la ortodoxia económica ésta sería una buena solución, pero en la vida real las leyes económicas sólo se cumplen con ciertas condiciones.

La sensibilidad de la demanda en relación con el precio del servicio autopista (elasticidad de la demanda) seguramente es muy baja. Esto significa que para que la demanda se redujera lo suficiente para acabar con los atascos, el precio de los peajes debería subir considerablemente. Por tanto, esta solución me parece más disparatada que la primera. Mi propuesta sería cerrar los accesos a las autopistas cuando éstas superasen el umbral de incumplimiento de las condiciones del producto: seguridad, rapidez y comodidad. Con el control centralizado de los accesos, creo que es posible conocer el volumen del tráfico de un determinado tramo.

Cuando un cine o un teatro ha vendido todas sus localidades, cierra sus taquillas. Las autopistas de peaje, que son empresas privadas que venden un servicio a cambio de un precio, cuando no puedan servir su producto en las condiciones de calidad previstas deberían cerrar también sus ventas.
J. M.ª ARÚS MASRAMON
Barcelona