Parece que el señor Juste, atrapado intelectualmente por el señor Valls, es incapaz de dar argumentos en contra sobre la situación económica de Estados Unidos durante la época Reagan y despista la atención hacia otro artículo mío, en este caso sobre las autopistas.

Sólo me referiró a su absurdo argumento de que yo “meto en un mismo saco servicios públicos gestionados sin ánimo de lucro, tales como la educación o la sanidad, con el lucrativo negocio (legítimo, por supuesto) de las autopistas”. El señor Juste debería saber que, no en otro planeta ni en otro país, sino aquí, en el planeta tierra y en nuestro país, existen autopistas públicas (sin ánimo de lucro) y privadas (con ánimo de lucro), existen escuelas públicas (sin ánimo de lucro) y privadas (con ánimo de lucro), existen hospitales públicos (sin ánimo de lucro) y privados (con ánimo de lucro). Vea, señor Juste, que yo meto las actividades públicas y las privadas en un mismo saco, porque ESTAN en un mismo saco. Al menos lo están en nuestro planeta.