Queridos Magda y Xavier:

Me ha sorprendido la virulencia con la que contestáis a mi artículo de La Vanguardia. Aún más, me sorprende la extrema pobreza de argumentos que demostráis en vuestra Carta al Director.

Primero, me criticáis por comparar los datos del 1996 con los del 2000: “El comparar las cifras de 1996 y el 2000 es un grave error metodológico del que Xavier Sala i Martín es perfectamente consciente. Así pues, las conclusiones de su artículo son erróneas”.  Si leéis la página 16 de vuestro informe, veréis que se dice: “A l’informe del 2001, la taxa de pobresa al 1996 era d’un 14.3%. Una primera aproximació temptativa entre aquelles xifres i les del 2000 obtingudes aquí suggereix que la pobresa a Catalunya ha augmentat de manera significativa durant els anys noranta” (“En el inform del 2001, la tasa de pobreza del 1996 era de un 14,3%. Una primera aproximación tentativa entre aquellas cifras y las del 2000 obtenidas aquí sugieren que la pobreza en Catalunya ha aumentado de manera significativa durante los años noventa”). La pregunta que uno se hace es:  ¿cómo podéis llegar a la “aproximación tentativa” de que la pobreza en Catalunya ha aumentado en los noventa SIN COMPARAR LOS DATOS DEL 1996 con los del 2000? La respuesta es, obviamente, que NO PODEIS. Es decir, para decir que la pobreza “ha aumentado” (aunque sea de manera tentativa) estáis comparando los datos del 1996 con los del 2000. Cometéis, pues exactamente el mismo “error metodológico” del que me acusáis a mí. Y, claro, si la conclusión a la que llegan los que comparan los dos trabajos es errónea, supongo que vuestra afirmación sobre el aumento de la pobreza es igualmente errónea. Si estoy equivocado, por favor ¡explicad por favor cómo podéis afirmar que la pobreza ha subido en los noventa sin comparar los datos del 96 con los del 2000 (y sin cometer, por lo tanto, el grave error metodológico que invalida vuestras propias conclusiones)!

Fijaos que lo único que hago en mi artículo es decir que, si se quieren comparar los dos estudios, la comparación correcta es la de la pobreza definida como el 50% de la renta mediana en 1996 y en 2000. Nunca se puede comparar la pobreza definida como el 50% de la renta mediana en 1996 y con la del 60% en 2000. Si, como decís en vuestra carta, quien compara los datos del 1996 y el 2000 comete un “grave error metodológico”, entonces vosotros sois tan culpables como yo. El problema para vosotros es que cometéis el gravísimo error ADICIONAL de comparar tasas de pobreza definidas con umbrales distintos. Y esos son no UNO sino DOS gravísimos errores metodológicos.

Si. Ya sé que, más abajo, en la misma página 16, decís que los datos no se pueden comparar y que para hablar de la evolución de la pobreza hacen falta estudios más completos. Pero vuestras palabras no impidieron que el director de la Fundació Un Sol Món, Antoni Serra Ramoneda, escribiera en la primera página del informe:  “D’aquest nou enfocament es desprèn que els nivells de pobresa a Catalunya durant la segona part dels noranta han continuat creixent” (“de este enfoque se desprende que los niveles de pobreza en Cataluña durante la segunda mitad de los noventa ha continuado creciendo”). El hecho de que esa frase aparezca en la introducción de vuestro estudio, unido al hecho de que todos los periódicos encabezaron sus artículos con la frase “la pobreza en Catalunya ha aumentado”indica que no pusisteis el mismo énfasis en criticar a Antoni Serra o a la prensa cuando ésos compararon los números del 96 y los del 2000. Y eso os convierte en parcialmente responsables de la tergiversación y la confusión que creó vuestro estudio. Tal como afirmo en mi artículo de La Vanguardia.

La otra crítica que me hacéis me parece bastante infantil e indigna. Decís que “En nuestro trabajo no cambiamos misteriosamente la definición de la pobreza para el 2000, simplemente la ajustamos a las nuevas directrices marcadas por la UE.” Supongo que habréis notado que la razón por la que cambiáis la definición es irrelevante. El hecho importante es que en el 1996 se utilizó un umbral de pobreza del 50% de la renta mediana y en el 2000 se utilizó un umbral superior, correspondiente al 60%. Es posible que la UE haya marcado la directriz del 60%. Lo que NO ha marcado la UE es que se compare el 50% en el 1996 con el 60% de la renta mediana en el 2000. Cambiar de definición a mitad de la partida es absurdo… y lo sería aunque así lo marcaran las directrices de la UE

Finalmente, decir que yo soy el que menos debería hablar sobre el tema (“siempre hablan los que más deberían callar”) me parece un poco dictatorial. Gracias a Dios, vosotros no decidís quien puede y quien no puede hablar. Dicho esto, los lectores deberían saber que en los últimos años he escrito diversos artículos sobre la pobreza en el mundo, criticando las metodologías utilizadas por las Naciones Unidas o el Banco Mundial. Eso no me convierte, ni mucho menos, en un experto. Ahora bien, supongo que eso me permite leer y escribir sobre el tema de la pobreza con un poco de credibilidad.