Respuesta al Sr. Solanes:

 

         

“Los payasos que hablan demasiado siempre acaban quitándose la máscara y demostrando que son… payasos” (Winston Churchill, 1945)

 

Le agradezco al Sr. Josep Solanes esta cómica carta que no hace más que demostrar que el aplauso que dedicó a la carta de Fontcuberta no era fruto de un interés honesto por entrar en el importante debate sobre el estado del bienestar sino fruto de un odio visceral que procesa hacia los Estados Unidos.

En esta nueva y todavía más radical carta a La Vanguardia, también nos demuestra una gran imaginación y una preocupante tendencia a faltar a la verdad (preocupante para él, no para los lectores que finalmente han podido ver lo que es, una vez se ha quitado la máscara). Veamos:

Primero, decir que el sueño americano es “demandar al vecino para sacarle hasta el último dólar y comprarte un coche o una casa más grande” es una simple sandez. Es verdad que hay gente que gana dinero a través de demandas… pero eso pasa en todos los países del mundo. Decir que el sueño americano es sólo eso, sin embargo, es no ver que hay millones de jóvenes sencillos que crean empresas cada año y pasan de ser pobres a ser extraordinariamente ricos gracias a su creatividad y su esfuerzo y es no entender que decenas de millones de inmigrantes que escapan de sus países de origen y pasan a ganarse la vida en Estados Unidos (y entre ellos está… el propio Sr. Solanes, por más que le pese y por más que diga ahora que su emigración temporal).

Segundo, decir que “la policía en EEUU es inexistente” no sólo es mentir flagrantemente sino que es provocar que los lectores se rían de uno ya que cualquiera que haya visitado una ciudad americana o cualquier que haya visto películas americanas sabe hay aquí hay policías por todas partes. Por cierto, hablando de “policías totalmente inexistentes” ¿dónde está la policía de Barcelona cuando los coches aparcan en doble fila, cuando los limpiacristales atacan a los conductores para extraerles dinero, cuando los borrachos se mean en las aceras, cuando los “artistas” gangrenan la ciudad con sus grafittys, cuando carteristas roban a los turistas o cuando los top manta expropian los derechos de propiedad intelectual con total impunidad? ¿Quiere comparar en qué país hay más policía, Señor Solanes?

Tercero, decir que “en EEUU hay una total inexistencia de educación” es volver a mentir. Contrariamente a lo que predican los progresistas europeos, en Estados Unidos todos los niños (repito, todos los niños) tienen acceso gratuito a la educación hasta llegar a la universidad. Por eso la proporción de niños que llegan a la universidad es del 90% (mientras que en el paraíso sueco que defiende Solanes sólo llegan el 50%). Obviamente muchos escogen ir a la escuela y la universidad privada… y en parte se lo pueden permitir porque la sociedad es más rica y paga menos impuestos (ambos fenómenos gracias al menor impacto del costosísimo estado del bienestar que debemos pagar los europeos). Pero muchos escogen la escuela y la universidad pública y las cosas no les van tan mal. Y no les van tan mal porque, si bien es cierto que hay escuelas y universidades públicas buenas y las hay de malas (eso pasa en EEUU y en Europa), la verdad es que las universidades públicas NO son el desastre que nos anuncian los progres antiamericanos. O al menos, las universidades públicas americanas no son peores que las públicas europeas: recuerde el señor Solanes que entre las universidades PUBLICAS, están la universidad de UCLA, la de Michigan o la de Berkeley por sólo citar tres ejemplos. ¿Cree señor Solanes que la universidad pública española o sueca es mejor que la de Berkeley?

Tercero, decir que la “sanidad es inexistente” y que “a cambio del 15% de impuestos sólo recibes armas y misiles para invadir otros países” es volver a mentir de manera flagrante. El estado americano dedica un 20% de sus gasto a la sanidad pública. En comparación el presupuesto de defensa es sólo del 17%. Si sumamos el presupuesto de seguridad social, los programas de ayuda de ingresos, hogar y comida a los pobres y el de salud pública nos sale que el gobierno americano gasta un 11,1% del producto interior bruto. El señor Solanes puede hacer la comparación y ver que ¡el presupuesto militar es solo del 3,6% del PIB! Cuando dice, pues, que la sanidad pública es inexistente, el Sr. Solanes miente, y cuando dice todo el dinero que él paga en impuestos en EEUU va a “comprar armas para invadir países”, vuelve a mentir (perdonen si la expresión “mentir” parece un poco fuerte o insultante: no es mi intención insultar. Lo que pasa es que no sé como se dice “mentir” sin que suene mal…).

La carta del Sr. Solanes, pues, no es más que una burda secuencia de invenciones y exageraciones. De hecho, después de haber faltado a la verdad tantas veces en una carta tan corta, uno no puede más que preguntarse si la historieta aquella que nos explicó en su primera carta (la del hermano de una amiga que no tenía un seguro para pagar su tratamiento sobre el cáncer) era verdad o era otra de las burdas invenciones fruto de sus ganas de despotricar a los Estados Unidos aunque sea a costa de faltar a la verdad.

Nos dice, Sr. Josep, que tiene unas ganas terribles volver a Europa. Supongo que eso también es una exageración y que su estancia en Estados Unidos no es el infierno que ahora nos quiere hacer creer. Ahora bien, si realmente cree que está en el infierno, ¡váyase!  Le aseguro que me alegro de que una persona tan amargada como usted se marche del país que le ha acogido este tiempo y vuelva a un lugar en el que pueda ser feliz. Pero por favor, cuando se vaya, llévese sus mentiras y, sobre todo, llévese ese odio visceral que procesa. Un odio que le descalifica para participar honrada e inteligentemente en ningún tipo de debate serio. Y lo que es peor, un odio que le descalifica como persona.

 

  

    

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Xavier Sala-i-Martín és Catedràtic de Columbia University i Professor Visitant de la Universitat Pompeu Fabra

© Xavier Sala-i-Martín, 2006.