La Tormenta Perfecta
Día de Halloween de 1991. La costa Este
de los Estados Unidos sufre una descomunal tempestad causada por la improbable
combinación de aire caliente y bajas presiones provenientes del norte, aire frío
y altas presiones provenientes del este y el resto de un huracán tropical que
sube del sur. Estos tres factores no se dan simultáneamente casi nunca. Pero
cuando se dan, originan lo que se conoce como… La Tormenta Perfecta.
Enero de 2008. Como cada año, los
economistas nos vemos acosados por la prensa para que hagamos las predicciones
del año nuevo. Si uno no quiere quedar como un ignorante, uno debe profetizar
alguna cosa con más o menos sentido. Ya que yo soy de los que no tienen bola de
cristal, déjenme que les cuente lo que están diciendo los grandes gurús de la
futurología económica: durante el 2008, ¡habrá una profunda crisis económica!
Hay seis factores que apuntan en esa
dirección. Primero, la crisis financiera del “subprime”. Empezó hace unos años
cuando unos bancos espabilados hicieron préstamos hipotecarios a familias con
poca capacidad de devolver el dinero (“subprime”). En lugar de guardarse esas
hipotecas peligrosas, esos bancos las ‘securitizaron”. Es decir, las pusieron en
paquetes con otras hipotecas y las vendieron al mejor postor. Éste, por su lado,
las re-empaquetó y las volvió a vender. Y así, los paquetes de hipotecas
peligrosas fueron de banco en banco hasta su destino final. El problema es que
ni ese destino final se conoce, ni se sabe cuántas hay. En las últimas semanas
hemos descubierto que Merryl Lynch, Citigroup y Unión de Bancas Suizas (UBS)
poseían decenas de miles de millones de dólares. Es decir, hemos descubierto que
el agujero financiero es grande y que no lo tienen bancos desconocidos sino
bancos muy importantes.
El problema es que, al no saberse quien
tiene agujeros financieros, los bancos se guardan el dinero porque tienen miedo
a prestar. Eso hace que muchas empresas que querrían invertir, es decir, que
querrían comprar maquinaria y ampliar su capacidad productiva, no lo hacen
porque nadie les presta dinero. La empresa de maquinara no vende por lo que debe
despedir a algunos trabajadores. Esos trabajadores dejan de comprar comida o
ropa por lo que las empresas de comida o ropa pierden dinero y despiden a sus
trabajadores y el círculo vicioso se expande por toda la economía. Es decir, lo
que empezó como una crisis de hipotecas “subprime” se contagia a la economía
real y se transforma en una recesión económica en toda regla.
Segundo factor: los precios de la
vivienda en Estados Unidos están cayendo y se estima que durante el 2008 la
caída puede llegar a ser de hasta un 25%. Esto puede provocar lo que se conoce
como “efecto riqueza”: el gasto realizado por los consumidores depende de lo
ricos que éstos son o creen que son. Cuando el precio de sus viviendas baja,
perciben que se han empobrecido y dejan de comprar comida o ropa por lo que las
empresas de comida o ropa pierden dinero, despiden a sus trabajadores… y el
círculo vicioso vuelve a empezar.
Tercero: el precio del petróleo ronda
los 100 dólares por barril. En el año 1974, un aumento parecido, por si sólo,
causó una de las más grandes recesiones del siglo XX. Es cierto que la economía
de hoy, con muchos más servicios y menos industria, es menos dependiente de los
precios de la energía. Pero también es cierto que el aumento del precio del
petróleo coincide con el de otras materias primas. La razón es que, esta vez,
los precios no suben porque unos locos de la OPEP han reducido la oferta sino
porque los dos países más poblados del mundo, China e India, están creciendo
rápidamente y demandan grandes cantidades de materias primas.
Cuarto, el euro está por las nubes: un
euro caro hace que los productos europeos sean caros y eso impide que Europa
exporte y tome el timón de la economía mundial cuando los Estados Unidos entren
en crisis.
Quinto, el dólar corre el riesgo de
sufrir una caída catastrófica. En estos momentos hay tres grandes grupos de
personas que tienen dólares en sus carteras: los Chinos, los fondos de pensiones
alemanes y japoneses y los exportadores de petróleo. Si estos grupos ven que el
dólar se debilita, pueden intentar quitarse sus miles de
millones de dólares de encima para no sufrir pérdidas, cosa que
precipitaría la caída de la moneda americana, provocando un siniestro financiero
sin precedentes.
Sexto: la situación geopolítica sigue
teniendo elevadas dosis de incertidumbre. El asesinato de Benazir Bhutto,
candidata a la presidencia de un país islamista poseedor de la bomba nuclear, es
un triste recordatorio de que conflictos bélicos o atentados terroristas
a gran
escala pueden ocurrir en cualquier momento.
Total, seis son los factores que apuntan
a una crisis económica global. Lógicamente, por más que insistan los profetas,
nadie sabe con certeza si esa crisis finalmente se va a producir porque también
hay razones para ser optimista. Por ejemplo, los bancos centrales de Europa y
Estados Unidos están aumentando la cantidad de dinero para que las empresas que
deseen invertir puedan hacerlo y el gobierno norteamericano está ayudando a las
familias “subprime” a pagar sus hipotecas.
Lo que pasa es que, si bien cada una de
estos seis factores, por sí solo, podría desencadenar una crisis económica
mundial, hoy se dan todos simultáneamente. Es decir, estamos ante la combinación
improbable de factores que no se dan casi nunca pero que, cuando se dan, podrían
acabar originando… La Tormenta Perfecta. La Vanguardia, 08-01-200 8Back to Sala-i-Martin's Articles EN CATALÀ Back to Sala-i-Martin's Articles EN ESPAÑOL
Xavier Sala-i-Martín és Catedràtic de Columbia University i Professor Visitant de la Universitat Pompeu Fabra © Xavier Sala-i-Martín, 2008
|