Crisis Financiera (10): Menos Libertad
La reunión del G20 del 3 de Abril ha sido presentada como un éxito de la clase
política mundial por el hecho de conseguir consensuar un documento final. En
éste hay tres mensajes concretos: (1) aumento de la dotación económica del Fondo
Monetario Internacional y una mayor participación de los países emergentes en
sus órganos de dirección (éxito de los países emergentes), (2) políticas
monetarias y fiscales expansivas para salir de la crisis, incluyendo masivas
ayudas a la banca (éxito de los Estados Unidos) y (3) una mayor regulación del
sector financiero, con la creación de un nuevo órgano supervisor, con su
correspondiente burocracia, llamado “Financial Stability Board” (éxito de
Francia y Alemania).
La impresión que yo me llevo al leer el documento final, sin embargo, es de
decepción y miedo. Desde estas páginas he explicado repetidamente que las malas
políticas económicas basadas en diagnósticos erróneos, podrían acabar
perjudicando la economía en el medio y el largo plazo. Y este documento está
repleto de principios peligrosos basados en diagnósticos desafortunados. Una
simple clave para entender el problema se encuentra en el párrafo tres del
documento final de la reunión del 3 de Abril:
<<Partimos de la convicción de que la
prosperidad es indivisible; de que el crecimiento, para ser sostenido, debe ser
compartido; y de que nuestro plan global para la recuperación debe tener en su
corazón las necesidades y el empleo de las familias que trabajan duro, no sólo
en los países desarrollados, sino también en los mercados emergentes y en los
países más pobres del mundo; y el crecimiento debe reflejar los intereses, no
sólo de la actual población, sino también de las generaciones futuras. Creemos
que el único fundamento seguro para la globalización sostenible y el aumento de
la prosperidad para todos es una economía mundial abierta, basada en los
principios del mercado, en una regulación eficaz y en instituciones globales
fuertes.>>
En principio, este párrafo parece inofensivo: aboga por el crecimiento
económico, la globalización, la prosperidad mundial, los principios de mercado y
la regulación eficaz. El problema aparece cuando se compara con el párrafo
equivalente, el doce, del documento publicado después de la reunión del 15 de
Noviembre de 2008:
<<Reconocemos que estas reformas sólo tendrá
éxito si se basan en un compromiso con los principios del libre mercado,
incluido el Estado de Derecho, el respeto de la propiedad privada, el libre
comercio y la inversión, la competitividad de los mercados, y sistemas
financieros regulados de manera efectiva y eficiente. Estos principios son
esenciales para el crecimiento económico y la prosperidad y han permitido que
millones de ciudadanos salieran de la pobreza, y han aumentado de manera
importante el nivel de vida mundial. Reconociendo la necesidad de mejorar la
reglamentación del sector financiero, hay que evitar el exceso de regulación que
impide el crecimiento económico y acentúa la contracción de los flujos de
capital, incluyendo los que van a los países en desarrollo>>
La comparación de los dos textos arroja las siguientes conclusiones: (1) En 2008
se hablaba de “libre mercado”; en 2009 se dice “economía basada en los
principios de mercado”. Las palabras “libre” y “libertad” no aparecen en todo el
documento ni una sola vez. Una lamentable pérdida que nos dice que nuestros
líderes anteponen su intervencionismo a nuestra libertad. (2) En 2008 había
desconfianza en la “regulación excesiva que impide el crecimiento económico”.
Esa desconfianza ha desaparecido en 2009. Es más, en el texto de 2008 se hablaba
de “regulación eficiente”. La palabra eficiente no aparece ni una sola vez en
todo el documento de 2009. (3) El texto de 2009 introduce conceptos de
sostenibilidad medioambiental que tienen menos que ver con la crisis que con el
programa electoral de Barack Obama. (4) En 2008 se mencionaba el libre comercio
como motor del crecimiento económico. Hoy sabemos que esa frase era retórica e
hipócrita porque 18 de los 21 países del G20 han practicado políticas
proteccionistas desde Noviembre de 2008. En cualquier caso, la frase ha sido
substituida por el concepto vago de “globalización sostenible”. (5) En 2008 los
líderes políticos creían que “el estado de derecho” era necesario para
garantizar el crecimiento económico. Esa expresión no aparece en el documento de
2009 ni una sola vez. (6) En 2008 se dice que para que la economía crezca es
necesario “el respeto a la propiedad privada”. En el texto de 2009 no se
mencionan ni “propiedad privada” ni “respeto”. Y (7) La expresión
“competitividad de los mercados” que aparecía en 2008 ha desaparecido en 2009.
Eso es un gran problema sobre todo para países como España, que tienen una
alarmante falta de competitividad.
Resumiendo: el documento final de la reunión del G20 del pasado 3 de Abril
apunta hacia un preocupante intento de los más importantes líderes políticos del
mundo de abandonar el sistema de libre mercado que tan bien ha funcionado
durante las últimas décadas (un sistema que ha permitido que el ritmo de
innovación fuera el más rápido de la historia de nuestro planeta, que ha hecho
que miles de millones de ciudadanos dejaran de ser pobres en los cinco
continentes, que ha reducido las diferencias de renta entre las personas del
mundo) y substituirlo por otro menos eficiente, menos competitivo, más
intervenido, más regulado, con menos derechos y en el que, eso sí, ellos tendrán
más poder y nosotros menos libertad.
La Vanguardia, 09-04-200 9Back to Sala-i-Martin's Articles EN CATALÀ Back to Sala-i-Martin's Articles EN ESPAÑOL
Xavier Sala-i-Martín és Catedràtic de Columbia University i Professor Visitant de la Universitat Pompeu Fabra © Xavier Sala-i-Martín, 2008
|