OPINIÓN > VERSIÓN PARA
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| XAVIER SALA I MARTÍN, Fundació Catalunya Oberta,
Universidad de Columbia y UPF PESE A QUE CADA catalán produjo un 30%
más que cada castellano-leonés, su renta acabó siendo un 5% inferior
Cavernícolas
LA VANGUARDIA - 03.21 horas -
17/02/2002
XAVIER SALA I MARTÍN
La ley de déficit cero que el Partido Popular quiere imponer a las
comunidades autónomas es una farsa contable que debe desaparecer. Me
explico. Imaginemos que los impuestos recaudados por Madrid en Cataluña se
elevan a 100. De éstos, se destinan 20 a los gastos generales del Estado
o, como dirían los vascos, "cuota de españolidad" (salarios de ministros,
militares, etcétera) y 10 al gasto directo que el Gobierno central efectúa
en Cataluña (como la red nacional de carreteras). Del resto, 40 son
devueltos a la Generalitat. Pues bien, la ley de déficit cero obligaría a
la Generalitat a no gastar más que estos 40. El problema es que 20+10+40
suman 70 y los catalanes han pagado 100. ¿Dónde ha ido a parar el 30% que
falta? Pues a otras regiones como, por ejemplo, Castilla y León.
Vayamos, pues, a Castilla e imaginemos que allí también se recauda
100, también se usan 20 para la cuota y también son 40 los que van al
Gobierno autónomo. El truco está en que el gasto directo del Gobierno
central en Castilla no es de 10 como en Cataluña sino de 70. Total:
20+40+70=130. Si el Gobierno de Castilla y León equilibra el presupuesto y
gasta los 40 asignados, cumplirá la ley del déficit cero... pero verán
ustedes que eso es gracias a que Aznar les ha regalado -en forma de gasto
directo de Madrid en Castilla y fuera del presupuesto autonómico- los 30
que antes había sacado de Cataluña. ¡Una argucia contable digna de
directivo de Enron!
Entiendo que al PP no le guste que las
autonomías vivan por encima de sus posibilidades. Ahora bien, cuando una
región como Castilla y León recauda 100 y gasta 130, ¿no está viviendo por
encima de sus posibilidades? ¿No deberían tanto ésta como Cataluña gastar
lo que ingresan una vez descontadas las 20 de "cuota de españolidad", es
decir, 80? Tal como se plantea, la ley es una patraña que no impone un
déficit cero para todos, sino que discrimina a Cataluña al obligarla a
mantener un superávit de 30 para financiar el déficit camuflado del
Gobierno castellano. Lo más justo sería que cada comunidad pagase su cuota
de los gastos generales y, a partir de ahí, administrara ingresos y gastos
equilibrando el presupuesto. Como si todas tuvieran... ¡el concierto
económico vasco!
Y antes de que me acusen de insolidario, dé-jenme
recalcar que lo que está ocurriendo en España no tiene nada que ver con la
"solidaridad". Y si no, que me expliquen los datos publicados por Funcas:
en el año 2000, la producción por persona de Castilla y León rayaba el 92%
de la media española, mientras que la de Cataluña llegaba al 122%.
Solidaridad querría decir que los catalanes dan una parte de lo que
ganaron a los castellanos para que la renta per cápita disponible fuera un
poco menos desigual, digamos, 96% y 116% respectivamente. En realidad, una
vez pagados los impuestos y hechas las transferencias, la renta disponible
castellano-leonesa era del 109% y la catalana del 104% de la media
española. Es decir, a pesar de que, a través de su trabajo, cada catalán
produjo un 30% más que cada castellano-leonés, su renta acabó siendo un 5%
inferior gracias a la redistribución hecha desde Madrid. Usted juzga:
¿solidaridad o favoritismo descarado para con la comunidad de la que
procede el mismísimo José María Aznar? ¿Es ése el respeto y la tolerancia
que predica el "patriotismo constitucional"?
Claro que, como
muestra de respeto, el discurso del otro día en el que Aznar calificaba a
los nacionalistas de "cavernícolas". La verdad es que, cuando pronunció
esa palabra, me vino a la memoria su rostro desconcertado,
caricaturescamente perdido, al ser entrevistado por Larry King en la CNN
hace un par de meses: no sólo fue incapaz de pronunciar una sola palabra
en inglés -lo que hace que un presidente de gobierno en el siglo XXI
parezca vergonzosamente antediluviano-, sino que ni siquiera pudo
articular frases coherentes en español. Larry King, viendo que estaba ante
uno de los ridículos más espantosos de la historia de la televisión e
intuyendo una caída en picado de la audiencia, se sacó de encima a don
José María tras sólo cuatro minutos de bochornosa entrevista. Viniendo de
él, ¡eso de "cavernícola" incluso tiene aires de modernidad!
Hablando de cavernas, dicen que un niño del paleolítico volvía a
la suya con las notas del colegio y, al ver que lo había suspendido todo,
su padre gritó: "Que suspendas pintura rupestre, caza y recolección, vale
porque son asignaturas complicadas. ¡Pero que suspendas historia, cuando
sólo se han escrito dos páginas!..."
A pesar de que, estrictamente
hablando, no se había escrito ninguna página porque todavía no se había
inventado la escritura, el padre demostró tener mucha más perspectiva
histórica de la que tienen los que creen que España es una verdad eterna y
que el universo empieza y acaba en la península Ibérica. El troglodita (me
refiero al padre) entendió que la realidad en la que él vivía acabaría
ocupando unas meras dos páginas de la historia. Es más, entendió que la
mayor parte del libro está por escribir.
Llegará un día en que los
ciudadanos podremos decidir con nuestros votos el país al que queremos
pertenecer. Y si los pontífices del fundamentalismo españolista continúan
despreciando e insultando a las nacionalidades del Estado y siguen
imponiendo políticas descaradamente discriminadoras, conseguirán que
muchos dejen de querer formar parte de ese país. Llegado ese momento,
España se extinguirá como el hombre de cromañón y dejará escritas sólo dos
páginas... las mismas que los cavernícolas.
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