DÓNDE VA LA BOLSA

¿Dónde va Vicente? Donde va la gente.

¿Y por qué los grandes inversores venden, de repente, millones de acciones, cosa que precipita caídas en la bolsa? Pues porqué hacen como la demás gente, que sigue a Vicente. ¿Y qué hace Vicente? Pues vender, como la gente. O sea, que Vicente sigue a la gente y la gente sigue a Vicente. Y al final, todos se mueven como un rebaños de borregos, por los campos financieros del mundo. Y los mercados de valores suben y bajan sin que nadie lo pueda explicar.

En realidad, todos nos comportamos como rebaños de borregos en alguna ocasión. Lo hacemos, por ejemple, cuando vamos de turistas a cenar en una ciudad desconocida. Antes de entrar en un local, miramos por la ventana para ver cuanta gente hay dentro. Y si vemos que está vacío, pensamos que a la gente que tiene información no le gusta el restaurante. Tomamos la escasez de clientela como una indicación de la mala calidad de la comida, y nos metemos en el restaurante de al lado, que ya tiene algún cliente. El problema es que minutos más tarde, llegan otros turistas despistados y, al ver que el primer restaurante sigue vacío, nos siguen a nosotros (al mirar ellos por la ventana, nosotros ya estamos sentados) y también se meten en el segundo local. Al final de la noche, el segundo local acaba lleno de turistas despistados mientras que al primero no ha ido nadie. ¿Por què? Pues porquè ninguno de los clientes tenía la más mínima idea sobre la calidad de la comida y todos hemos creído que los demás sabían lo que hacían. En realidad, sin embargo, el segundo restaurante se ha llenado simplemente porqué todos seguimos a la primera persona que ha ido a cenar, quienn lo ha escogido aleatoriamente. Y seguro que ese primer cliente se llamaba Vicente.

Hoy en día, el mundo de las finanzas se parece bastante a la situación culinaria que que acabo de describir ya que los grandes inversores andan tan despistados como los turistas. Y lo que les despista es el futuro que nos deparan las nuevas tecnologías: ¿Acabaremos todos comprando la comida por internet? Si la respuesta es sí, las empresas que se dedican a vender comida por internet generarán enormes beneficios, y querremos comprar sus acciones. Si, por el contrario, la venda de comida por internet fracasa, las empresas de ese sector perderán todo su dinero, por lo que nadie querrá comprar sus acciones. El inversor despistado que, lógicamente, desconoce como será el futuro, busca información, cual turista despistado, en el comportamiento de los demás. Cuando vé que alguien vende acciones piensa: "seguro que sabe algo que yo no sé y, por lo tanto, yo también". Los demás inversores, que tampoco saben si la venta de comida por internet se acabará imponiendo, también venden porqué piensan que los que hemos vendido sabemos lo que hacemos. Y las acciones empiezan a caer en picado porque todos siguen vendiendo, y todos siguen vendiendo porqué las acciones caen en picado. Y en realidad nadie sabe porqué pasa todo eso, pero todos siguen al que primero vendió, quien, seguramente, también se llamaba Vicente.

Todo esto le puede parecer al lector un poco extraño, ya que es natural pensar que los grandes inversores saben lo que hacen. Al fin y al cabo, han ganado mucho dinero comprando y vendiendo en bolsa. Pero luego uno piensa que también hay mucha gente que ha ganado mucho dinero jugando a la lotería y nadie les considera expertos en escoger números. Ganar dinero y saber lo que se hace son dos cosas distintas. Y si no, que se lo pregunten a algunos gurus de Wall Street como Julian Robertson (del Tiger’s Fund) o Georges Soros (del Quantum Fund), que han perdido miles de millones de dòlares y que han tenido que cerrar o reorientar sus otrora famosos y rentables fondos de inversión. O que se lo pregunten a los más sabios de los sabios: los premios Nobel de Finanzas, Robert Merton y Myron Scholes, cuya empresa "Long Term Capital Management" quebró miserablemente hace un par de años. Si los más sabios no saben nada, ¿quien pues?

La respuesta nos la da un importante libro recientemente publicado por el profesor Bob Shiller de la universidad de Yale. En los días que sucedieron al crack del 1987, el profesor Shiller se dedicó a entrevistar a miles de inversores de Wall Street, preguntándoles por qué habían decidido vender sus acciones repentinamente durante aquel fatídico lunes 19 de octubre. La respuesta fue sorprendente: "la mayor parte de los inversores vendieron porquè veían que los demás inversores estaban vendiendo y los precios estaban bajando". Y yo me pregunto cómo se llamaba el primer inversor al que siguió la gente.

 

 

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Xavier Sala-i-Martín és Catedràtic de Columbia University i Professor Visitant de la Universitat Pompeu Fabra

© Xavier Sala-i-Martín, 2000.