Economista
y docente en universidades nacionales e internacionales,
Xavier Sala i Martín tiene una visión optimista de como
evoluciona «la mayor parte» del planeta. Tajante en sus
respuestas y directo, en su opinión, sostiene que no es
cierto que haya más pobres en el mundo, salvo África,
que es un «desastre». Rechaza las predicciones
«catastrofistas» de los movimientos antiglobalización y
recuerda que los países menos avanzados son los que han
permanecido ajenos a ella.
-Las protestas antiglobalización se han multiplicado
¿la situación es tan mala como la pintan?
-Sus predicciones y análisis de cómo ha evolucionado
el mundo en estas décadas de globalización son
catastrofistas. Dicen que las desigualdades son cada vez
peores y no es verdad, que cada vez hay más pobres en el
mundo, y no es verdad. Mi conclusión principal es que la
mayor parte del mundo funciona bien, está mejorando,
aunque claramente podría ir mejor. Pero hay una zona que
es un desastre y que hay que arreglar, África, aquí
tenemos un problema fijo al que hay que buscar
soluciones.
-Pero existe una sensación de que hay más
pobres...
-Se perpetúan mitos falsos. Las migraciones vienen de
África donde hay ciento y pico millones más de pobres
que en los años 70. África está peor, pero no es verdad
que el mundo vaya peor. Países que eran muy pobres han
dejado de serlo en Asia. Se han abierto al exterior
gracias a que se han globalizado, en una palabra. Por
tanto, si vemos una parte del mundo que se globaliza y
va mejor y reduce pobreza en casi 400 millones, y otra
parte del mundo se antiglobaliza y la pobreza sube 90
millones, la receta está clara.
-¿Es partidario, entonces, de la globalización?
-Absolutamente. La globalización es movimiento de
capital (empresas), de trabajo, de tecnología de
mercancías y de información. Si nada de lo que define la
globalización ha llegado a África ¿cómo le pueden echar
la culpa a la globalización?.
-¿Qué se puede hacer por África?
-Muchas cosas. Unas las tienen que hacer ellos, por
ejemplo dejar de hacer guerras. Otras las tenemos que
hacer nosotros. Por ejemplo, dejar de proteger nuestros
mercados de una forma tan obscena. Dejar que los
africanos nos vendan sus naranjas, aunque lógicamente
sufran algunos valencianos.Si queremos ayudar a África
tenemos que dar. Esa es la manera, y no darle una
limosna del 0,7 por ciento. Nadie se ha hecho rico nunca
con limosnas.
-Usted es muy optimista con el primer mundo
-Yo tengo una visión optimista, pero de todo el
mundo, lo soy por naturaleza. Observo que en los últimos
40 años muchos países han triunfado, países miserables
con miles de millones de pobres. China, 1.200 millones
bajo el umbral de la pobreza. Ahora no, ahora las dos
quintas partes más ricas de China tienen la renta per
cápita de Portugal. En cambio casi no hay países que se
hayan convertido en grandes desastres. Por eso si
repetimos lo mismo 40 años más, y luego otros cuarenta,
dentro de un siglo estaremos todos bien. A la larga lo
vamos a lograr, pero lo haremos si entendemos el
problema y actuamos sobre él, y no si hacemos
teorías.
- Hay quien sostiene que el planeta no podría
soportar que todos sus pobladores pertenecieran al mundo
desarrollado.
-Esto no es verdad. Crearemos nuevas tecnologías. Los
que dicen esto se vuelven a equivocar porque no tienen
en cuenta una cosa, el ingenio humano, que encuentra
soluciones. Podremos vivir con la energía del sol, no
habrá que quemar nada. Todo está inventado, lo que pasa
es que es caro. Y otra cosa, la solución al problema de
la superpoblación es precisamente crear riqueza, porque
los ricos no tienen muchos hijos, los que los tienen son
los pobres.