Capítulo 7: El imperio en crisis (siglo XVII)

Los corrales de comedias

(Haz clic en las imágenes para verlas con más detalle. En algunos casos, hacer clic una segunda vez permite ampliarlas aún más.)

 

Corral de Almagro

A finales del siglo XVI, cuando Cervantes intentaba (con ambiguo éxito) conquistar los escenarios de Madrid y Lope de Vega escribía sus primeras comedias, ya se habían construido los primeros corrales de comedias en ciudades como Madrid, Sevilla y Valencia: edificios destinados específicamente al negocio teatral.

Una mera generación antes, a mediados de siglo, el teatro se representaba en plazas públicas sobre escenarios portátiles, y las compañías de comediantes (como se llamaban los actores de entonces) solían viajar de población en población representando sus obras, muchas de las cuales celebraban festividades religiosas.

El teatro de finales del siglo XVI y a lo largo del XVII en cambio se convirtió en un nuevo fenómeno sociológico de gran interés tanto para los historiadores de la literatura como para los especialistas en historia económica y social.

En el espacio de los corrales se reunía toda la gama de la ciudadanía urbana: desde los trabajadores de la clase baja que guardaban sus ahorros para ver el espectáculo hasta la más alta nobleza. En el Corral del Príncipe en Madrid, por ejemplo, familiares de los miembros más destacados de la corte eran dueños de aposentos (es decir, las habitaciones en las plantas superiores del edificio reservadas para los espectadores más acomodados).

En realidad el corral de comedias era un gran patio abierto al cielo, un espacio cuadrado entre cuatro edificios. En su origen presumiblemente fueron teatros improvisados, construidos en los patios de edificios de viviendas; más tarde se construyeron escenarios permanentes con su tablado (el espacio escénico donde salían los actores, que carecía del telón típico en los escenarios modernos), corredores encima que podían servir como balcones en las representaciones y un vestuario detrás.

El público más humilde ocupaba el patio mismo: sentado en bancos en las primeras filas o de pie atrás. Las mujeres no se permitían en el patio y las de clase baja se sentaban en la cazuela, una zona al fondo del teatro (enfrente del escenario) en la primera planta, una especie de balcón con gradas. Los más adinerados (hombres y mujeres) ocupaban los aposentos, habitaciones privadas con ventana al patio.

El espectáculo solía durar varias horas. El público asistía no solo para ver la comedia principal. (Recuérdese que comedia debe traducirse normalmente como "play", ya que no era necesariamente de tema cómico y las podía haber trágicas.) Cada representación comenzaba con breves obras menores de tono jocoso y entre cada acto de la obra principal se representaban entremeses, pequeñas piezas cómicas. (Los actos de la obra principal se llamaban jornadas; siempre había tres, según la fórmula que se desarrolló en la época de Lope.) Como refrescos se vendía aloja (una bebida de agua, miel y especias) y nieve (sorbete).

El fenómeno del teatro clásico en España es muy parecido al de Inglaterra en la misma época (la de Shakespeare): obras largas en verso de tema variadísimo, un público asimismo variado, y el constante escrutinio por parte de las autoridades políticas (y eclesiásticas), que no siempre se fiaban de la moralidad de tales espectáculos públicos en los que se solía representar a reyes y potentados —y no siempre de manera halagadora—. Una diferencia importante entre el teatro en España y el de Inglaterra es que los edificios teatrales en aquel país, por lo menos al principio, se ubicaban en zonas periféricas de la ciudad (zonas de hospitales, prostíbulos, leproserías y casas de juego). En España, en cambio, los corrales se encontraban en el centro mismo de las ciudades desde los primeros años. (Y los papeles femeninos eran interpretados por mujeres, al contrario que en Inglaterra, donde los interpretaban muchachos.)

Arriba, una imagen del corral de Almagro, una población de la Mancha (Por casualidad, la trama de Fuente Ovejuna de Lope de Vega comienza en esta misma población, ya que allí residía el Maestre de Calatrava.) El corral fue restaurado en el siglo XX y hoy en día Almagro es la sede de un festival anual de teatro. Abajo, varios intentos de reconstrucción del Corral del Príncipe en Madrid y una foto del antiguo Corral del Coliseo en Sevilla que en la actualidad es un edificio de viviendas. Para una excelente página dedicada al Corral del Príncipe (creada por J. M. Ruano de la Haza, conocido especialista en teatro clásico) haz clic en este enlace.

corral: escenario. corral: escenario. corral: público. corral: escenario. corral: escenario. Corral del Coliseo (Sevilla)