Barroco
Nótese que como otros muchos términos empleados para referirse a movimientos y tendencias estéticos y culturales, barroco se ha aplicado modernamente al arte del siglo XVII y comienzos del XVIII; en la época no se utilizaba para referirse a las corrientes estéticas del momento.
A Caravaggio se le considera un importante precursor del barroco (y algunos lo incluyen plenamente dentro de aquella estética), sobre todo por su uso del claroscuro (tenebrismo, o contraste entre luces y sombras). Tuvo gran influencia en el pintor español Diego Velázquez, quien conoció su obra en persona cuando viajó a Italia. El cuadro a la izquierda, de Caravaggio, representa la crucifixión de San Pedro (boca abajo a petición suya, según la tradición, para no compararse con Jesucristo). Nótese el claroscuro y el dramatismo de la escena. (Haz clic en esta imagen y las otras para ampliarlas.)
El cuadro a la derecha es del pintor que tal vez mejor represente el barroco: el flamenco Pieter Paul Rubens (1577-1640), pintor de la corte del gobernador de los Países Bajos y alguien que viajó varias veces a España en misiones diplomáticas al servicio de los Habsburgo. En la década de los 20 conoció a Velázquez, en cuya obra Rubens ejerció una importante influencia. (Dos de los cuadros que cuelgan en las paredes del salón representado en la obra más célebre de Velázquez, Las meninas, son copias de cuadros de Rubens. Véanse las “Lecturas” para más información sobre este cuadro de Velázquez.)
En el campo de la escultura, lógicamente, también se sintieron las nuevas tendencias. A la izquierda, la escultura de Bernini que representa a David a punto de lanzar una piedra (de 1623); compárese con el David de Miguel Angel (de 1504), a la derecha, emblemático de la estética renacentista con la que rompieron los artistas y arquitectos del barroco, en su esfuerzo por conseguir mayor teatralidad y dinamismo. (Véase “Lecturas” para ejemplos de arquitectura barroca.)
